Érase una vez en un lugar del continente americano un día común para los
pobladores que hacían sus labores como siempre, cuando de repente un ciudadano
le informo al gran rey sobre la llegada de uso hombres de ropas extrañas y otro
tipo de lenguaje…
Ya en la ciudad, esos hombres que eran españoles se sorprendieron a ver
tanta riqueza americana, cuando de repente salen los nativos con sus lanzas
para atacarlos.
Los dos grupos se sorprendieron tanto, se veían con una mirada de rareza
de espanto a la vez.
Un español dijo –Hola-
Pero como los americanos no sabían ese idioma no les hicieron caso.
Al paso del tiempo se empezaron a comunicar a través de señas y poco a
poco se hablaron y compartieron riquezas, ropas y vocablos.
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